La tecnología ha evolucionado a un ritmo vertiginoso y de ello dan buena cuenta algunos hogares. Nos referimos a aquellos que cuentan con persianas, luces, cortinas y otros elementos de la vivienda que funcionan y se activan/desactivan de manera automática o manualmente a distancia, haciendo uso para tal fin de una interfaz de usuario como la del teléfono móvil.
Para integrar este tipo de tecnología en tu propio hogar, es aconsejable depositar la confianza en expertos en domótica. Aun así, también puedes optar por implementarla tú mismo en tu casa o piso. Si optas por dicha alternativa, lee detenidamente este artículo, puesto que tras haber hecho muchas reformas que incluyen un proyecto de domótica, en Montero Construccions hemos recopilado las principales claves que has de tener en cuenta para obtener un buen resultado.
Analiza el espacio disponible y las estancias de la vivienda
Lo primero que tienes que hacer para integrar la domótica en tu hogar es un análisis del espacio con el que cuenta el inmueble. No solo nos referimos a los metros cuadrados, sino a las diversas zonas que conforman dicha superficie: salón-comedor, cocina, número de cuartos de baño, dormitorios, etcétera.
Tal como vimos en el artículo sobre cómo elegir la iluminación adecuada para cada estancia de tu hogar, hay algunos inmuebles que disponen de un despacho y una terraza, jardín o patio, mientras que en otras viviendas dichos espacios son inexistentes. Así pues, es importante que identifiques aquellos que hay en tu casa o piso, siempre y cuando tengas intención de domotizar esas zonas.
Sin este paso previo tan importante, el sistema que se implemente solo respondería a las necesidades y los gustos actuales, pero no existiría la posibilidad de escalarlo más adelante si a los propietarios les surgieran nuevas necesidades.
Elige el tipo de domótica
Como hemos dicho antes, la tecnología ha experimentado numerosos cambios, tal como demuestra la domótica. En tiempos anteriores era muy arcaica, pero en la actualidad tienes a tu disposición varios tipos de domótica para que elijas el que más te convenga.
Inalámbrica
La radiofrecuencia es la tecnología utilizada por este tipo de domótica. Esto significa que las señales se transmiten a través de una serie de ondas, lo cual da pie a que no se necesite el típico cableado que sí requieren las instalaciones que veremos más adelante.
Estamos ante una domótica que no solo es apta para los nuevos proyectos, sino también para aquellas viviendas que no tienen intención de ser reformadas. Esto es debido a que la instalación se lleva a cabo de manera bastante sencilla. Además, termina en un tiempo récord.
Cableada
Las ventajas de la domótica inalámbrica desaparecen al optar por la cableada, ya que integrarla en tu hogar es más complicado y no ofrece tanta versatilidad. Entonces, ¿por qué los expertos en la materia suelen recomendarla? Básicamente porque todo lo demás es muy positivo, empezando por la señal transmitida. Destaca por ser estable y por hacer gala de una gran calidad.
Al hablar de domótica, la estabilidad y la calidad no es lo único que adquiere relevancia. A la lista de aspectos importantes se suma la velocidad con la que se transmite la señal. En este caso, la rapidez es máxima, con todo lo positivo que ello conlleva.
Si a lo ya comentado sumamos la robustez general de las instalaciones cableadas de domótica, el resultado es sobresaliente en términos de durabilidad.
Mixta
Como acabamos de ver, cada sistema tiene sus pros y contras. Entonces, ¿por qué no aprovechar lo mejor de cada uno de ellos? Puedes hacerlo si integras la domótica mixta en tu hogar.
Si la domótica por la que optas es básica, implementándola tan solo en unos pocos elementos de los que están presentes en tu vivienda, no te lo aconsejamos. Sin embargo, en Montero Construccions hemos obtenido muy buenos resultados integrándola en aquellos inmuebles en los que cuentan con multitud de funciones y transmiten mucha información a diario.
Conectividad
Cualquier aparato tecnológico o elemento como una persiana que decidas domotizar ha de transmitir una señal a una interfaz de usuario que te permita interpretar esa información y ejecutar las acciones que consideres oportunas. Para tratar con dicha señal, la conectividad es clave. Pero, ¿qué alternativas hay para integrar la domótica en tu hogar?
Bluetooth
Con el paso de los años, la domótica por Bluetooth ha ido quedando relegada a un segundo plano por sus limitaciones, especialmente en lo que se refiere al alcance. Aunque mejoró con el tiempo, actualmente sigue siendo bastante corto.
A pesar de ello, está presente en muchos hogares, lo cual no es de extrañar si valoramos sus puntos positivos. Emparejar los dispositivos es extremadamente fácil, así como proceder a su configuración. Además, son numerosos los aparatos tecnológicos que cuentan con esta tecnología, por lo que el nivel de compatibilidad es muy alto.
Wi-Fi
Es una de las instalaciones de domótica más extendidas por su sencillez y versatilidad. A diferencia del Bluetooth, el alcance es bastante bueno, pero si hay muchos dispositivos conectados, tarde o temprano pueden producirse interferencias.
Con tal de evitar este tipo de situaciones, desde Montero Construccions aconsejamos colocar un puente que enlace cada aparato, siendo dicho dispositivo el que permanecerá conectado al router.
ZigBee
Basándonos en nuestra experiencia, los dos protocolos que mencionaremos a continuación son -y con mucha diferencia- los mejores para una instalación domótica con la que quiera obtenerse un resultado de gran calidad. Empezamos por el conocido como ZigBee.
Se trata de un tipo de conectividad más extendido que Z-Wave -en el que profundizaremos después-. En cierta medida, esto es fruto de la banda que utiliza: la de 2.4 GHz.
Z-Wave
Por su parte, el protocolo que recibe el nombre de Z-Wave recurre a la banda de 900 MHz, una frecuencia mucho menos utilizada. ¿El nivel de compatibilidad es más reducido? En efecto, pero a cambio se obtiene un grado de estabilidad inalcanzable por ninguno de los otros tipos de conectividad.
Como puedes ver, hay muchas alternativas, así que te recomendamos que te dejes asesorar por expertos en la materia. En Montero Construccions llevamos muchos años haciendo instalaciones de domótica y, bajo nuestro criterio, las dos primeras conectividades son ideales para proyectos básicos de pocos dispositivos. Si eres más exigente, tu elección debería ser ZigBee o Z-Wave.
Interfaz de usuario
¿Recuerdas que al hablar de la conectividad hemos mencionado la interfaz de usuario? En concreto, nos referíamos a aquel aparato tecnológico que se utiliza para interactuar con todos los demás, es decir, los que están conectados mediante uno de los protocolos anteriormente sacados a colación.
Sea cual sea la pasarela empleada como sistema de comunicación, es imprescindible disponer de una interfaz de usuario que sea intuitiva y cuyo panel no se quede corto en lo que respecta al tamaño.
Para un hogar en el que hay pocos dispositivos conectados, un smartphone puede ser más que suficiente a modo de interfaz de usuario. Sin embargo, en caso de que la cifra de aparatos inteligentes sea bastante elevada, conviene dar el paso a una tablet de mínimo 10 pulgadas.
Es esencial que la interfaz de usuario esté fácilmente accesible en un lugar de la casa que conecte las diversas estancias. Por ejemplo, si desde el salón-comedor puedes ir a la cocina, el cuarto de baño y el pasillo que da acceso a la puerta de entrada, una buena idea consiste en colocar allí el smartphone o la tablet que te permita controlar toda la domótica. Eso sí, hay que decir que algunos usuarios prefieren ubicarlo en el recibidor para poder manejar algunos dispositivos al abandonar temporalmente el hogar o al regresar.
Compra dispositivos inteligentes que sean compatibles entre sí
Un error bastante común al integrar la domótica en una vivienda consiste en asegurarse simplemente de que los dispositivos inteligentes son compatibles con la conectividad elegida: Bluetooth, Wi-Fi, ZigBee o Z-Wave. Hay que ir más allá, concretamente cerciorándose de una compatibilidad plena entre dichos aparatos.
Es importante que los dispositivos inteligentes por los que te decantes presuman de un alto nivel de compatibilidad. Por desgracia, hay fabricantes bastante cerrados en este sentido, los cuales obligan al usuario a adquirir solamente aparatos de su propio ecosistema. No es el caso de otras marcas que son mucho más abiertas y ofrecen una impagable libertad que, para el propietario o inquilino de la vivienda, se acaba traduciendo en una gran comodidad.
Con un ejemplo lo entenderás perfectamente. En algunas de nuestras reformas de jardines y exteriores hemos instalado un sistema para regar de forma automática, el cual evita a las personas que viven en esas casas el hecho de tener que preocuparse de hacerlo con regularidad para que el césped, las plantas, los árboles y setos se mantengan en un estado óptimo. Esa tecnología es cien por cien compatible no solo con la conexión de las viviendas que permite acceder a Internet, sino también con las estaciones meteorológicas. Gracias a ello, aunque sea la hora de regar, si el sistema detecta que va a llover dentro de poco, lo evita para no malgastar agua, lo cual sería imposible si uno de los aparatos no fuese compatible con los demás.
Si aplicas esta clave junto a todas las demás que hemos descrito, no te resultará complicado integrar la domótica en tu vivienda. Gracias a ello obtendrás los numerosos beneficios que proporciona este tipo de tecnología: reducir las facturas energéticas -y por ende contaminar menos-, evitar tener que levantarte para realizar ciertas acciones, disuadir a los ladrones y ocupas haciéndoles creer que hay gente en casa y, en definitiva, mejorar tu bienestar hogareño. Por si fuera poco, la domótica dará pie a que el inmueble vea incrementado su precio, tal como explicamos cuando hablamos sobre cómo aumentar el valor de tu hogar con una reforma.
No sorprende que la domótica aumente el precio que tendría tu inmueble en caso de que en un futuro lo vendieras. Y es que las posibilidades que ofrece dicha tecnología son prácticamente infinitas. A las anteriormente mencionadas como la automatización del riego hay que sumar muchas otras más: regular la temperatura, manejar elementos que controlan la entrada de luz natural como las cortinas y las persianas, ajustar la intensidad o el color de la iluminación artificial y encender aquellos aparatos tecnológicos que estén conectados al sistema, así como apagarlos cuando ya no sea necesario utilizarlos.