Cómo evaluar el estado estructural de tu vivienda antes de una reforma

En su momento, cuando explicamos cómo elegir entre una reforma integral o una nueva construcción: criterios y consideraciones, ya dijimos que el estado del inmueble es uno de los aspectos a tener más en cuenta. Y es que en caso de que deje mucho que desear, conviene recurrir a una constructora que haga un proyecto desde cero, derruyendo el edificio actual para dar forma a otro completamente nuevo. Eso sí, también puede producirse el caso contrario, es decir, comprobar que la casa presume de una buena condición.

Para averiguar si el estado de la estructura es bueno o no y, por ende, es preferible decantarse por una reforma integral o una nueva construcción, hay que llevar a cabo previamente un proceso de evaluación. De hecho, también es necesario realizarlo antes de cualquier tipo de reforma. En este artículo te explicaremos cómo se efectúa con tal de obtener un resultado preciso que te permita saber qué problemas hay que abordar para que, al concluir la reforma, dispongas de una vivienda en perfecto estado en términos estructurales.

Primera inspección visual para dar con problemas evidentes

Es fundamental que los profesionales que se encargan de los proyectos de reformas, antes de dar comienzo a los mismos, hagan una primera inspección visual con la que pueden detectar algunas anomalías que son evidentes para este tipo de expertos con mucha experiencia, pero que podrían pasar desapercibidos a ojos de cualquier persona no especializada en el sector.

Basta con echar un vistazo superficial por toda la casa para detectar evidencias de que el estado estructural no es el óptimo. Un claro ejemplo es el de las humedades, las cuales si son graves y afectan a la estructura del edificio es muy probable que puedan verse en elementos como las paredes y los techos.

Aspectos clave a comprobar

El hecho de que una primera inspección visual no arroje resultados negativos no significa que no haya defectos en la estructura de la vivienda. Simplemente, el proceso no ha bastado para identificarlos, pero es posible que existan. Para descartarlos del todo, conviene hacer una inspección más exhaustiva abarcando los siguientes aspectos clave.

Humedades

Empezamos hablando de las humedades porque es uno de los problemas más comunes de los que afectan a la estructura de la vivienda, aunque algunos propietarios cometen el error de pensar que no influyen en este sentido. Varios aspectos pueden dar pie al surgimiento de una humedad tan grave como para dañar estructuralmente el edificio, como por ejemplo no haberlo impermeabilizado bien. En este sentido, es crucial informarse sobre qué métodos y materiales se usan para la impermeabilización en la construcción.

Una humedad superficial no tiene por qué afectar gravemente al proceso de reforma. Sin embargo, todo cambia en caso de que el agua termine penetrando en la cimentación. Es entonces cuando la estructura ve mermada su solidez, con todo lo negativo que ello acarrea a nivel de seguridad. De hecho, incluso los muros de carga pueden verse afectados.

Afortunadamente, son numerosos los indicativos de humedades y filtraciones y, la mayoría de ellos, fáciles de detectar. En líneas generales, se trata de manchas que presentan tonalidades oscuras, aunque en algunos casos son verdosas o amarillentas. Hay que tener en cuenta que estos defectos no siempre significan que la humedad esté afectando estructuralmente al edificio, pero deben evaluarse.

Suelo

Ha llegado el momento de mencionar un elemento identificativo que será sacado a colación en más ocasiones, puesto que puede estar presente en numerosas partes de la vivienda e indica claramente que algo está mal en la estructura: una grieta.

Al informarte sobre cómo elegir el tipo de suelo para cada estancia de tu hogar verás que hay algunos materiales más resistentes y, por ende, menos propensos a presentar grietas. Sin embargo, otros no hacen gala de dicha solidez y terminan generándose pequeñas roturas que, si no se tratan a tiempo, pueden acabar pasando factura a la estructura del edificio. Un claro ejemplo es el del suelo presente en la planta superior de un dúplex que tiene numerosas grietas, las cuales tarde o temprano afectarán al techo que puede verse desde la planta inferior.

Obviando las grietas, hay otros aspectos a considerar, como la mala nivelación de la superficie. En algunos casos, la gravedad de la situación es superior, tal como demuestra un hundimiento que puede causar serios problemas en lo que se refiere a la estructura de la vivienda.

La sensación de inestabilidad no solo traslada inseguridad a quienes viven en la casa. Por si fuera poco, también es un claro indicativo de que esa parte de la estructura no está en buen estado.

Techo

Ahora que hemos mencionado el techo, es un buen momento para profundizar en este elemento que tanta relevancia adquiere al hablar del estado estructural de tu vivienda. Antes de dar comienzo a la reforma, evalúalo convenientemente buscando cualquier grieta, por mínima que parezca, amén de las humedades que hemos mencionado antes.

Es reseñable que algunos techos tienen las vigas vistas, tal como explicamos cuando dijimos qué tipos de techos hay y cuál elegir. En tal caso, es más sencillo evaluar el estado estructural, ya que simplemente hay que inspeccionar a nivel visual estos elementos para saber si están en buen estado o, por el contrario, acabarán cediendo con el paso del tiempo por presentar daños de considerable gravedad.

Cuando hablamos del techo, también nos referimos al tejado. Supón que vives en una zona en la que llueve frecuentemente, lo cual te beneficia tras haberte informado sobre cómo implementar sistemas de recuperación de agua de lluvia en tu hogar. ¿Sabías que, por otra parte, también te perjudica? En efecto, en el sentido de que el líquido elemento puede filtrarse y provocar daños estructurales. Es de vital importancia evaluar el estado de esta parte de la estructura y, si es preciso, contratar a expertos en rehabilitación de tejados.

Paredes

Es aconsejable que la evaluación del estado estructural de la vivienda la haga un equipo que haya llevado a cabo muchas reformas de casas. En caso contrario, es probable que al ver varias grietas en las paredes creas que tu hogar está repleto de daños estructurales y no merece la pena reformarlo, sino que conviene derruirlo y dar comienzo a una nueva construcción. Pero, ¿sabías que puede ser un simple defecto estético ocasionado por un desgaste de la pintura?

Eso sí, hay grietas que no son puramente visuales, sino que van más allá penetrando en un elemento estructural. Tan solo un experto en la materia es capaz de identificarlas. Algo similar hay que decir de las humedades. Sin embargo, un defecto en concreto casi siempre es sinónimo de daños en la estructura: los desprendimientos.

Vigas y columnas

De nuevo, las grietas vuelven a ser un elemento visual en el que conviene fijarse, pero al evaluar el estado tanto de las vigas como de las columnas hay otro aspecto a valorar: la posible oxidación, siempre y cuando estén hechas de un material metálico. Tal como sucede con cualquier otro elemento de metal, su resistencia se ve comprometida si está oxidado.

Seguimos hablando de materiales para abordar otro del que suelen estar hechas las vigas y columnas, sobre todo en zonas de España en las que se lleva mucho el estilo rústico. Nos referimos a la madera. En este caso, hay que asegurarse de que no presenta agujeros u otros claros indicativos de que se están produciendo daños provocados por termitas o carcoma.

Por supuesto, sea cual sea el material tanto de las vigas como de las columnas, hay que comprobar que no existe la más mínima desviación. En caso afirmativo, esto significa que el soporte no está desempeñando su función de forma adecuada, por lo que la carga lleva tiempo excediendo el límite.

Materiales

Los materiales adquieren importancia no solo al hablar de las vigas y columnas. En otros elementos de la casa como los demás que hemos descrito también juegan un papel esencial. Y es que poco o nada tiene que ver el resultado a nivel estructural en caso de haber utilizado hormigón o ladrillo.

Indistintamente de los materiales empleados para la construcción de la vivienda o para la anterior reforma integral, hay que asegurarse de que se conservan en buen estado sin que el desgaste se evidencie en forma de erosiones u otros defectos.

Fontanería

Algunos de los problemas que hemos descrito antes pueden ser causados por anomalías relacionadas con la fontanería. Así pues, aunque creas que una tubería no influye en la estructura de tu vivienda, has de revisarla a conciencia.

Un buen ejemplo es el de una tubería que tiene una pequeña fuga, la cual pasa inadvertida en la factura. Con el paso de los años, el líquido elemento ha ido haciendo mella en una viga metálica contigua y ha terminado oxidándose, por lo que su nivel de resistencia no es el deseable.

Es por este motivo que te recomendamos depositar tu confianza en profesionales del sector de la lampistería y fontanería que sean capaces de detectar problemas que hayan ido pasando factura en términos estructurales.

Como acabamos de ver, no es excesivamente complicado evaluar el estado estructural de tu vivienda antes de una reforma, aunque si no te ves capacitado para llevarlo a cabo, insistimos en que conviene que se encargue una empresa especializada en reformas integrales. En cualquier caso, el proceso ha de concluir identificando las debilidades que presenta la estructura del edificio, logrando así abordarlas durante la reforma para que dure la mayor cantidad posible de años y, adicionalmente, las personas que viven en esa casa estén siempre seguras tras efectuarse las oportunas reparaciones. Esto demuestra que es crucial el papel del arquitecto en la reforma de tu hogar.